la llamada de lo salvaje

 

Quiero traer a este lugar un poema recién descubierto en mis incesantes búsquedas de autores sobre la naturaleza (nature writers que llaman los esnobs), escrito por el llamado “bardo del yukon”, Robert W. Service. No es fácil encontrar escritos en español de este poeta, pero he adecuado algunas de las traducciones que he encontrado, mezclando el trabajo de esas personas y buscando la que yo creía más correcta, dentro de mi pobreza lingüística en el idioma inglés, ayudándome de los traductores que internet provee. Al tratarse de un escrito de finales del XIX o principios del XX, hay una complejidad extra para traducirlo de manera que no pierdan la belleza tienen los poemas, cuyas pobres traducciones muchas veces desmerecen el trabajo del autor en su idioma original. Esperemos que algún día una editorial considere esta obra de interés y podamos disfrutarlos en nuestro idioma, traducidos por una persona con los conocimientos que merece el texto en cuestión.



¿Has contemplado la desnuda grandeza donde no hay nada más que contemplar,

Grandes escenarios y caídas de telón a montones,

Altas montañas alzándose al cielo que los cegadores ocasos exhiben

Negros cañones donde los rápidos desgarran y rugen?

¿Has recorrido con la vista el imaginado valle

Con el verde arroyo centelleando a través de él?

¿Has buscado en la inmensidad algo que has perdido?

¿Has afinado tu alma con el silencio?

Entonces, por el amor de Dios, ve y hazlo;

escucha el desafío, aprende la lección, paga el precio.

¿Has vagado por tierras salvajes,

la desolación de la artemisia,

los pastizales donde pace el ganado?

¿Has silbado fragmentos de “ragtime” en el confín de toda creación,

y aprendido a conocer los trucos del desierto?

¿Has acampado en la ladera de la montaña,

galopado por las cordilleras,

o vagado una y otra vez a través de las tierras áridas por el sol?

¿Te has hecho amigo de la meseta?

¿Conoces sus estados de ánimo y cambios?

Entonces escucha a lo salvaje: te está llamando.

 

¿Has conocido el Gran Silencio Blanco,

no una rama temblorosa adornada por gemas de nieve?

(Eternas verdades que avergüenzan nuestras reconfortantes mentiras).

¿Has salido del sendero con tus raquetas de nieve?

¿Has llevado tus perros de tiro río arriba,

desafiado lo desconocido, liderado el camino y ganado el premio?

¿Has marcado los espacios vacíos en el mapa,

te has mezclado con los nativos,

o sentido la salvaje fuerza de un animal en cada músculo?

Y aunque más desalentador imposible, lo peor es:

¿puedes lograrlo maldiciendo?

Entonces escucha a lo Salvaje: te está esperando.

 

¿Has sufrido, pasado hambre y triunfado?,

¿te has arrastrado, intentado aferrar a la gloria,

volviéndote más grande ante la enormidad del todo?

¿“Hecho cosas” solo por hacerlas,

dejando a los charlatanes contar la historia,

mirando a través de su bonita apariencia al alma desnuda?

¿Has visto a Dios en su esplendor,

has escuchado el mensaje que representa la naturaleza?

(Nunca lo escucharás en el púlpito familiar).

Las cosas simples, las cosas verdaderas,

los hombres taciturnos que hacen cosas.

Entonces escucha a lo Salvaje: te está llamando.

 

Te han acunado en la costumbre,

te han preparado con sus sermones,

Te han empapado una y otra vez en tradiciones,

Te han colocado en una vidriera:

eres un orgullo para sus enseñanzas.

Pero, ¿no puedes escuchar lo Salvaje?

Te está llamando.

Exploremos los lugares silenciosos,

busquemos qué nos depara la suerte;

viajemos a una tierra solitaria que conozco.

Hay un murmullo en el viento nocturno,

hay una estrella luminosa para guiarnos,

y lo Salvaje está llamando, llamando… vayamos

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