De enemigos, odios, polarizaciones y sus inocentes víctimas

En su libro sobre el lobo ibérico, un referente para cualquier naturalista o aficionado al medio natural, Ramón Grande del Brío desgrana, entre otras cosas, las perspectivas de futuro para el lobo con pesimismo. Alude a la humanización y a la antropogenización de los paisajes como factores incompatibles con la supervivencia de especies salvajes, pero no olvida los postulados filosóficos por los que se guía la sociedad industrial a la hora de plantearse dicha conservación de la fauna. Ejemplifica esto último con los fundamentos de que “tienden a considerar legítimo como logro el ajardinamiento o artificialización del entorno, sin conocer siquiera una de las reglas más elementales de la ecología, que proscribe la manipulación del mismo. La naturaleza guarda sus propias reglas y, desde luego, en palabras de Bacon, <<se la domina obedeciéndola>>”. No olvida en ese mismo capítulo de su libro el problema de los vallados: “el simple hecho de que ex...