Dos relatos, una historia

El invierno comienza a hacer estragos en la familia, que está ahora más reagrupada. La nieve cubre todo el territorio y el frío congela cada rincón de la montaña y el valle. Pocos se aventuran a salir e incluso el ganado doméstico está guardado, no hay nada en la montaña que se mueva cuando el frío y los temporales hacen su aparición. Sabes que tras las nevadas, el deshielo traerá comida: la carne de los infortunados ungulados que no pudieron sobrevivir al crudo invierno, aquéllos que se quedaron sin fuerzas en su búsqueda de alimento y sucumbieron al agotamiento y al frío hasta que el incipiente deshielo deja al descubierto sus despojos, que no son más que biomasa, materia orgánica que alimentará a los habitantes de la montaña. Esos cuerpos darán vida a muchos de los pobladores de este entorno hostil. Pero aguardar a que la montaña desentierre y muestre el inerte cuerpo del corcino o el gabato que no tuvieron la suerte de sobrevivir, es algo...