El esperado otoño

Mediados de octubre y empieza el otoño. El bosque caducifolio empieza a cambiar de color; ya lo hacían los álamos y los fresnos, pero ahora, tímidamente, el robledal y el hayedo comienzan a vestirse con los ocres otoñales. La apertura de esta temporada otoñal ha arrastrado aún los rigores del estío hasta hoy, que los céfiros han comenzado a soplar para atraer las nubes que transportarán esas lluvias que el terreno necesita. El suelo, incluso aquí en la Cordillera Cantábrica, tiene sed. El amanecer no es como el atardecer, pero a simple vista presentan un atuendo de colores similar; hay que ahondar, sumergirse de lleno en esta fase temporal para darse cuenta de las notables diferencias que presenta cada momento del día. Para mí el declinar del sol trae consigo sosiego y quietud pues la noche que lo sigue es cuando el mundo de los hombres se detiene y comienza el de esa naturaleza a la que hemos constreñido. Sin embargo al amanecer le ...