Verdeña

 

    Camino tras el lobo. Yo no lo sé, ni siquiera me he percatado de ello hasta observar un indicio de su paso por allí, luego otro, y otro más hasta que salí de la senda entre el robledal desnudo para encaramarme sobre la montaña. Trepo por la ladera más tendida, busco un lugar, el último sobre el que mis pies pueden posarse en tierra. Me detengo y observo, me empapo de todo lo que me rodea: a mis pies el bosque y los prados se alternan alejándose hasta circundarme en un horizonte de cumbres vestidas aún con su capa de invierno. La cercanía del aletargado robledal me permite escuchar la nostálgica llamada de sus alados habitantes, quienes parecen ir despertando al percibir la llamada de una primavera ya próxima.


    En el bosque se percibe vida. De entre la arboleda surge un aliento que delata historias de supervivencia, toda esa belleza esconde un drama y de entre ese drama surge la propia vida. Me encamino hacia allí. El cómodo destrepe por el cordal me deposita bajo el dosel arbóreo. Sigo el sendero del lobo, pero otra presencia invisible se hace más vivaz. Estoy en la morada del oso. 

    Vigilado por la fauna que allí mora trato de salir del bosque siguiendo senderos excavados por los habitantes de la montaña en sus andanzas. No tengo prisa por escapar de ese laberinto por el que estoy perdido, sé hacia donde he de caminar para salir al prado por el que una pista me conduciría de nuevo al inicio, pero quiero sentir todo el tiempo que pueda ese hálito salvaje que emana del tupido bosque, en el que al roble han venido a acompañarle el haya y el acebo.

    Asoman ya las primeras casas del pueblo, tras de mi el bosque sigue respirando al ritmo que la naturaleza le marca. Un tejón yace inerte junto a la vieja pista, ya invisible por acción del sotobosque, la balada salvaje de la montaña entona sus compases por su víctima, mártir que tras su violento deceso dará vida un día más a una nueva generación de habitantes de este entorno salvaje hasta desaparecer consumido por la propia Naturaleza.

    La huella de un lobo me guía de nuevo hacia el atardecer, me advierte de que es hora de que vuelva al lugar de donde provengo.



https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/verdena-a-oterillo-tercero-circular-98715469

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